domingo, 24 de abril de 2011

[Rest] El Rincón de Filo

Viernes Santo ¿el plan original? Visitar Portobelo en Colón, sin embargo la trasnochada del día anterior causó que no lo lográramos. ¿La decisión? Manejar sin rumbo alguno, cruzamos el Puente de las Américas hacia Panamá Pacífico. Ingresamos a Howard y manejamos un rato y descubrimos que no se puede pasar más allá de la calle principal...

Luego de eso salimos hacia la carretera y tomamos rumbo hacia Veracruz. Llegamos hasta el fondo del pueblo y descubrimos que ahí se encontraba el restaurante Rincón de Filo, un restaurante con tendencia española especializado en mariscos, yo nunca había escuchado de él, pero mi papá si.

Así que inició la eterna discusión de si almorzábamos ahí o buscábamos un ranchito en la playa para comer pescado frito. ¿La decisión? Quedarnos y que buena decisión tomamos.

El servicio.
Desde que llegamos al restaurante el servicio fue de primera, nos recibió un mesero que con toda su energía nos dijo que todo aquello que pidiéramos nos iba a encantar.
De verdad me quito el sombrero ante el jóven ya que era el único mesero fijo que tenía el restaurante en ese momento. Todos los demás se habían ido por la semana santa al interior, así que entre él, dos meseras eventuales y creo que el mismo Filo se las ingeniaron para funcionar. Restaurante lleno y a todos se les sirvió rápido y efectivo.

La comida.
Simplemente increíble. De entrada pedimos un delicioso pan catalán y uno con salsa de ajo. Yo comí un filete de atún a la plancha en una cama de vegetales preparados en salsa acompañado con papas fritas. Y déjenme decirles que nunca en mi vida había disfrutado tanto un filete de atún estaba perfectamente cocinado y la salsa era increíble, los sabores mezclados... No hay palabras para describirlo. De nuevo no logré comer el resto del día.

Para aquellos que aún no conocen Rincón de Filo, altamente recomendado para disfrutar de un delicioso almuerzo y pasar la tarde.

[Viajes] Turisteando en el Valle de Antón

Este Jueves Santo, mi familia y yo decidimos salir a conocer el Valle de Antón, luego de tres años de vivir en Panamá, aún no lo conocíamos, así iniciamos una serie de paseos por los siguientes tres días. Este fue nuestro viaje.

Quesos Chela.
Todo buen viaje al interior debe iniciar con una parada en el famoso local de Quesos Chela por una empanada y un refresco, el cual va desde el local Chicheme como a una Coca-Cola.
Luego de la parada técnica continuamos nuestro viaje.

El Mercado de Artesanías
Una vez que llegamos al Valle paramos en el mercado de Artesanías localizado en medio del pueblo. Un espacio, no muy chiquito pero tampoco muy grande. Comprende lo necesario para aportar a la economía local y ayudar a aquellos que lo necesitan.
Nosotros decidimos apoyar a una joven francesa quien estaba vendiendo sus artículos justo en la entrada al mercado, comprándole unas tobilleras. Mientras que mi hermano se dedicó a comprar una pipa a un lugareño.


Cerro la Cruz.
Luego de salir del mercado nos encaminamos hacia el Cerro la Cruz desde donde se puede apreciar una vista maravillosa del Valle y la India Dormida. Acá pudimos ver como subían los colectivos, los cuales constaban de PickUps en los cuales se transportaban a las personas de abajo a la cima del cerro y de regreso. Muy pintoresco.


Chorro Macho
Luego de manejar un rato y conocer diversos puntos del Valle, nos detuvimos en el Chorro macho, el cual es una cascada donde se puede realizar caminatas guiadas, canopy y bañarse una piscina con el agua natural del río.
Aquí conocimos a Elías, un niño de no más de 8 años quien nos llevó a realizar el recorrido. El cual constaba de una vuelta en círculo por la parte baja de la montaña donde se termina contemplando la cascada. Un recorrido muy interesante y lleno de naturaleza a un costo de solamente $3.60 por persona.

El almuerzo
Para almorzar paramos en el Hotel Anton Valley, justo al frente de la iglesia donde se encuentra el restaurante Bruchettas. Es un restaurante pequeño con en menú bastante variado, dominado principalmente por mariscos.
Nuestro menú: de entrada comimos una bruschetta con tomate y pepperoni, muy buena. Y una bruschetta vegetariana para mi madre. Como plato fuerte una hamburguesa con queso y tocineta. Les puedo decir que la hamburguesa era como media vaca por persona, lo cual causó que no comiera nada más en el resto del día.

El café lo tomamos en un lugarcito llamado Coffee Shop acompañado de pastel de banano y pastel de limón, inicialmente visitaríamos un restaurante vegetariano localizado justo en frente, al lado de Mi Farmacia pero el señor de la casa no quiso. Sin embargo el ambiente era muy bueno y si alguna vez visitan el Valle se los recomiendo.

Luego de esto retomamos el camino de regreso a la ciudad. Fue un excelente viaje, el cual se los recomiendo si buscan pasar un día entretenido apreciando la naturaleza y para salir del calor constante de la ciudad de Panamá.