lunes, 22 de septiembre de 2014

Proyecto de ley No. 112

Yo no soy de comentar sobre ciertas situaciones en Panamá, no considero que sea mi lugar emitir una opinión del país que me acoge y me da de comer. Pero hay cosas que simplemente hacen que me hierva la sangre.

Hoy estaba inocentemente revisando Twitter, cosa que ya no hago a menudo pero cuando lo hago, me dedico a leer el timeline con paciencia. Y me tope con un tweet del Panama América que decía, que hoy se presentó un proyecto de ley que quiere prohibir el despliego de banderas extranjeras en "centros comerciales, restaurantes y centros recreativos, en eventos de todo tipo, residencias, colegios públicos y privados, calles y avenidas del país".

Mi primera reacción fue "¿qué le pasa al hijueputa de Javier Ortega, a él que le importa lo que yo haga con mi bandera?" Luego, con más calma me puse a analizar todo el panorama y ahora me pregunto, ¿qué lo habrá motivado a presentar este proyecto? 

Yo tengo casi siete años de vivir en Panamá, amo este país, me ha dado muchas oportunidades, conocí a los mejores amigos aquí, y me considero panameña honoraria. Pero no me agrada que me vengan a condicionar mi vida aquí. Yo soy costarricense y amo mi país, amo mi bandera y la muestro con orgullo, no ofendo a nadie al hacerlo.

Entiendo que estando en otro país, no puedo andar pavoneándome por ahí como si yo fuera más importante que el resto, no lo soy, soy una minoría, parte de una comunidad de aproximadamente 5000 ticos que, por cosas del destino estamos aquí. Vivimos en paz, no molestamos a nadie, de vez en cuando hacemos relajo *cough, cough, Mundial Brasil 2014*, y una vez al año celebramos nuestra independencia, ondeando esa bandera que nos saca lágrimas cada vez que la vemos.

Panamá es un país privilegiado, todos quieren venir aquí, tiene una naturaleza espectacular, una economía estúpidamente estable, el Canal, y gente bella. Esta ley, a mi criterio, lo único que va a causar es una gran revuelta, cuando el patriotismo y el nacionalismo empiecen a aflorar, todos van a querer tener la razón y al final todos y nadie la van a tener.

Si esta ley se aprueba, quiero ver cómo van a cumplir el protocolo que demanda el Estado, la ONU, la OEA, la Convención de Viena y no sé que otro montón de entidades y acuerdos, cuando se celebre la Cumbre de las Américas en 2015, en Ciudad de Panamá.