domingo, 19 de octubre de 2008

Un odio inesperado

Nunca había sentido el sabor amargo del odio de algún padre de mis amigos hacia mí. Hace un par de días, tuve la sospecha que la mamá de un amigo sentía un ligero odio hacia mí. Tal vez odio sea una palabra fuerte, pero eso es lo que recibo por parte de ella.

Mi papá dijo unas sabias palabras: "acá no venimos a escoger los amigos, debemos aceptar los que nos reciben". Las personas que yo soy capaz de llamar amigos son pocas, pero de verdad agradezco que me acepten como soy. Eso no es solamente en Panamá, en Costa Rica es lo mismo.

Ese sentimiento que tengo cada vez que esa 'amiga' de la familia me habla, es como se me dieran en el estómago repetidas veces. Aún así, debo ser respetuosa con ella. El problema es que si a mi me atacan, yo respondo. ¿Le he respondido? Sí, sí le he respondido. No una grocería, sarcasmos, chistes de mal gusto o ironías son más mi estilo. Pero se sentimiento que la he ofendido no se quita, así que les pido, lectores que me ayuden a cambiar eso. ¿Alguien tiene algún consejo?

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